yo...

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Rosario, Santa Fe, Argentina

miércoles, 17 de noviembre de 2010

El Guardián del crepúsculo.

Recorrí todo el camino, tal cual me dijeron que haga, fue fatigoso, terrible en muchas partes, tranquilo en otras.
 acompañado, solo, abandonado, apoyado...siempre seguí camino derecho, al oeste.


La lluvia arreciaba y el viento sacudía la faz de la tierra. la única luz era la de los relámpagos que se suicidaban contra el suelo con gran estruendo, lejos, cerca...
Solos Mi caballo y yo en medio del camino, lo único vivo quizás en kilómetros.
 Conduje al equino como pude en medio del manto de agua hasta un risco cercano, una cueva donde podíamos refugiarnos.
 No pudiendo prender fuego, solo quedaba el abrigo de mantas y pieles. No pudiendo dormir, solo queda soñar despierto.
 Pronto estaba nuevamente en camino, no sentía el cansancio ni el peso de mi alma (Quizás logré dormirme)
Estaba lejos, no donde yo recordaba,pues, no había montañas a mi alrededor, sino detrás mio.
 Las colinas se extendían hasta el horizonte en un interminable mar verde salpicado por algunos árboles.
 El sol se veía mucho más grande (¿o más cerca?)...quizás era la falta de agua. Había dos ríos siguiéndome a cada lado (¿cómo no los vi antes?) iban al mismo lugar que yo, al oeste.
 Cargué agua y seguí camino, y en realidad si, el sol parecía estar más cerca, quizás me acercaba a mi destino, al lugar...
 Efectivamente, luego de un rato de viajar, al bajar una colina, lo vi, allí estaba, el fin del camino, el borde.
 Ambos ríos caían en una catarata infinita allí donde el mundo acababa, el césped terminaba abruptamente en un abismo mortal. El mundo, el todo, el miedo...: el Fin.
 Solo había una pequeña cabaña en el desenlace de la tierra. ¿quien osa interrumpir el fin? ¿quien se interpone, contaminando el paisaje?
 Recuerdo bien que esos pensamientos solo estaban en mi mente, pero alguien me contestó. Me encontré aturdido, pues, no se en que momento mis pies me llevaron junto a un aljibe frente a la cabaña. ahora el abismo estaba más cerca, el viento soplaba fuerte y fresco aliviando el resplandor del sol que estaba arriba, quizás al alcance de la mano (por las dudas no intenté alcanzarlo).
 Una voz viajó con el viento. "soy el guardián del crepúsculo, el protector del sol poniente, soy el único que tiene derecho de estar aquí y todo lo que ves es resultado de ese derecho"
¿por qué respondió una pregunta que no hice? y la voz, que salia de todos lados y de ningún lado resonó de nuevo "porque aquí nada está en tu mente, nada es secreto, pues, quien aquí viene, muestra todo su ser"
Apareció, de repente, detrás mio.Cuando volví el sol me encandiló y sólo lo recortaba la figura de él, al cabo de unos segundos pude visualizarlo mejor. No era mucho más alto que yo, el pelo le llegaba a los hombros, oscuro como las sombras. Tenía en la frente una pañuelo rojo. Vestía una camisa y un pantalón que terminaba dentro de unas botas de cuero, completamente negros. en sus manos, cruzada sobre su pecho, una espada en su vaina verde que relucía con la luz. Su rostro parecía familiar, pero era como un recuerdo borroso, indefinido, pero a la vez allí estaba tan estable como el mío, solo que yo no podía verlo por completo.
-¿Dónde estoy?-
-Donde querías estar...en el final-
-¿Quien sos?
-Ya te lo dije, el guardián del crepúsculo
-Pero...¿que hago acá?
-Es donde querías llegar, al fin del camino del oeste, al borde, y lo que haces acá lo sabes muy bien-
-Quiero pasar- las palabras salieron de mi boca con voluntad propia, pues, en realidad no sabía bien que es lo que hacía en ese fantástico lugar.
-Conoces las reglas, Niggle, nadie pasa sin hacer lo que debe hacer-
-¿Que debo hacer?-
-Debes cumplir tu Misión-
-Pero ¿cual es?-
-No puedo dar respuestas Niggle, solo abro el paso, o lo cierro. Pero también, de vez en cuando, oriento a los viajeros perdidos, como vos- su voz se tornaba mucho más amistosa
-Entonces ¿me vas a ayudar?-
-Siéntate- dijo dulcemente
Ambos tomamos asiento en los escalones del aljibe.
-Aquí, Niggle, necesitas llegar con respuestas, no con preguntas, debes tener todo resuelto para poder pasar, esas inquietudes, esas dudas que te desequilibran, deben desaparecer, las heridas deben estar cerradas y la gente llega cansada y buscando paz...vos todavía tenes mucha fuerza, mucho por lo que luchar, mucho por lo que vivir y todo, aún, por solucionar.- explicó lentamente
-Pero ¿Que pasa con ella? ¿que hago con el nombre?, ¿como voy a vencer al todo?...--¡Niggle! Niggle...Todo a su tiempo, todas esas preguntas tienen respuestas...pero no aquí... allá- y señalo al este, a las montañas de las que vine, pero yo entendí a que se refería, él señalaba más allá, detrás de las montañas, más allá de los bosques, prados, desiertos...hablaba del mundo, del lugar donde comencé el viaje.-Debes volver, Niggle, debes volver y encontrar las respuestas, enfrentarte a todo...cuando tengas las respuestas y busques la paz suprema, vuelve.-
El sol, de pronto, llamó mi atención, estaba detrás de él cayendo lentamente en el abismo, gigante, terrible, absorbiendo toda la luz del mundo, hundiéndola en su lecho y todo allí brilló terriblemente, cerré mis ojos y un resplandor fugaz pero mortal me sacudió. Sentí un golpe y me encontré tirado en un lugar que poco a poco se hacía familiar, pero era borroso y lleno de luz. Ésta, lentamente desaparecía por un agujero y la habitación tomó forma, la luz se limitó a entrar por la ventana y allí estaba, tendido en el suelo, junto a mi cama, en mi habitación, a las 10:30 a.m. del miércoles 17 de noviembre del 2010.


Niggle

jueves, 11 de noviembre de 2010

"La vida sin Música sería un error"

Lo dijo Nietzsche hace tiempo y, creo, es lo único en lo que coincido con él.
No voy a hablar de política, por más hermosa que ésta sea.
No voy a hablar de Filosofía, a pesar que me surja desde lo más profundo de mi ser.
Hablaré de la vida que, poco a poco voy conociendo, y de la música que es parte de mí.


Es increíble como todo se convierte en música, como el complejo y terrible monstruo del que antes hablé, tenga melodías escondidas. La vida misma tiene tiempo, ritmo...vientos son las aves, percusión los demás animales, cuerdas en los árboles... y la madre tierra es quien dirige esta excepcional orquesta.
No hablaré de estilos (tampoco) pues, la música es una expresión y no vale la pena desechar, en este caso, ningún tipo. Pues no quiero hablar de la música como disciplina, sino de la música como Principio y justificativo del todo.
Principio, porque, primero, sin un ritmo y un tiempo el sol no saldría de su lecho a alumbrar las animas. Tampoco se escondería. Quizás, viviríamos en un desierto devastado por el sol, Mientras la otra mitad del mundo estaría en sombras constantes, Mordor.
 Segundo, porque es principio de inspiración, y en lo largo y ancho del mundo, la música crea.
Justificativo porque el más mínimo sonido es música, y no podríamos vivir en un silencio permanente, constante, asesino. Sin el canto de aves, sin el viento soplando, sin la lluvia golpeando....
 tenemos oídos para escuchar todo eso, y si los tenemos es porque vivimos para escuchar todo eso, para percibir la obra maestra que día a día se compone.


Observa, querido lector, más bien oye, como entre cada palabra (afinada siempre) hay un silencio, ya sea de blancaredonda...o el más mínimo, de fusa, o semifusa. Como cambia el registro de la voz dependiendo del humor, y se rige tan bien en un tiempo que podríamos escribirlo en un pentagrama.


Al fin y al cabo, el Dragón terminó teniendo un lado sensible, pues, ante una hermosa obra de Bach, Mozart, Beethoven, Tchaicovsky, Vivaldi...se conmociona y se duerme y los espejos desaparecen por un rato, y las cosas se hacen más fáciles...
¿ahora lo oyes? querido lector...es el canto de la vida


Niggle

sábado, 6 de noviembre de 2010

Miedo

Tengo miedo, como todos, de todo...
Tengo miedo de verte llorar, tengo miedo de perderte
Temo perderlos y perderme, no encontrar el camino
Temo a lo desconocido, pero lo conocido también me da miedo
Tengo miedo de volar, ir tan alto y quemar mis alas, pero también temo quedarme en la tierra y ser un numero más.
Temo mirar al sol, pero también temo a la oscuridad.
Tengo miedo de que te vayas, de que se vayan, pero también de que se queden y me dañen, se dañen...



Pero al final... ¿de que sirve tanto miedo?
El miedo te reprime, te vence, te detiene, te paraliza...
es inevitable sentir miedo, pues, no es valiente quien no tiene miedo, sino que es un tonto, es valiente quien lo enfrenta.
Es para eso que están, para enfrentarlos, derrotarlos, avanzar en el camino.

Todo parece ser angustia, a pesar de ser hoy, en particular, un hermoso día. Me levante temprano, no se porque, quizás debía ver el sol, deslumbrante.

Pero algo me pesa, aún, adentro, quizás el nombre, quizás...
Quizás el miedo, o la misma etapa cósmica no se...
Prefiero reír, sentirme tranquilo con Andrea de fondo...su voz tiene algo que me relaja, escucharlo decir "Per amore, Hai mai fatto niente. Solo per amore, Hai sfidato il vento e urlato mai, Diviso il cuore stesso. Pagato e riscomesso. Dietro questa mania Che resta solo mia?" a estas horas, me llena el alma.

Una promesa se elevó por los aires, y se perdió muchas veces, una parola, pero cada vez que la soplaba para que vuele de nuevo, lo hacía con más fuerza y se alzaba por encima de miles de palabras sin sentido, mías, tuyas, de ellos…Pero la promesa, se ve, tiene más fuerza y sube, hasta cumplirse.
 Pero hoy la palabra de muy poca gente vale la pena…no se el motivo, no se en que momento de la historia, el valor de la palabra murió, los libros no lo dicen, los árboles tampoco, eligieron dejar de hablar, pero estoy seguro que tienen mucho para decir y para enseñarnos. Yo también elegí hoy, dejar de hablar de algunas cosas, que prefiero guardar para mí.
Las voces cada día son más vacías, aunque tengo miedo, voy a enfrentarme y prometo cumplir mis promesas y no prometer lo que no planeo cumplir. Prometo no ser uno más ni dejar que mis palabras floten con el smog de la ciudad, voy a soplarlas hasta que suban y lleguen… a donde tengan que llegar.

Pienso ahora, en todo, y el todo me absorbe. El miedo llega, el miedo de la inmensidad del todo y la pequeñez de mi ser, aún joven. El vértigo de exponerme a al universo, infinito, el valor… el valor de enfrentarlo, no interesa quien gane…no interesa si saldré vivo o no… Ya se verá. No interesa el mañana, porque quizás nunca llegue. No interesa el Ayer, pues, nunca volverá. Nos queda el Hoy, en este momento y luchar ahora, y hacer y decir… Todo cuanto tengamos que resolver, todo cuanto tengamos que ver y sentir. No dejemos nada para mañana, Carpe Diem.

Ahora vuelvo a caer en mí, en la silla, frente al monitor, logre volar y mis alas no se quemaron, volví a la tierra y soy un numero más, no por mucho tiempo, pues, espero volar de nuevo, quizás mañana, o dentro de unas horas, cuando esté con ellos…
El cenicero se llenó… ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cuánto tiempo estuve volando? Siento algo adentro…no, no en el alma, por ahora, esta llena. Tengo necesidad…mi garganta esta seca y mi estomago vacío…son cosas fáciles de llenar, el alma no. Pero por ahora me siento bien, otra vez. La incertidumbre y la duda, por ahora quedaron atrás. ¿Me prendí otro cigarro? El humo…dibuja algo…otra vez, como ayer…pero ahora no me afecta…me siento fuerte. Creo que lo superé. Solo por hoy…CARPE DIEM