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Rosario, Santa Fe, Argentina

sábado, 6 de noviembre de 2010

Miedo

Tengo miedo, como todos, de todo...
Tengo miedo de verte llorar, tengo miedo de perderte
Temo perderlos y perderme, no encontrar el camino
Temo a lo desconocido, pero lo conocido también me da miedo
Tengo miedo de volar, ir tan alto y quemar mis alas, pero también temo quedarme en la tierra y ser un numero más.
Temo mirar al sol, pero también temo a la oscuridad.
Tengo miedo de que te vayas, de que se vayan, pero también de que se queden y me dañen, se dañen...



Pero al final... ¿de que sirve tanto miedo?
El miedo te reprime, te vence, te detiene, te paraliza...
es inevitable sentir miedo, pues, no es valiente quien no tiene miedo, sino que es un tonto, es valiente quien lo enfrenta.
Es para eso que están, para enfrentarlos, derrotarlos, avanzar en el camino.

Todo parece ser angustia, a pesar de ser hoy, en particular, un hermoso día. Me levante temprano, no se porque, quizás debía ver el sol, deslumbrante.

Pero algo me pesa, aún, adentro, quizás el nombre, quizás...
Quizás el miedo, o la misma etapa cósmica no se...
Prefiero reír, sentirme tranquilo con Andrea de fondo...su voz tiene algo que me relaja, escucharlo decir "Per amore, Hai mai fatto niente. Solo per amore, Hai sfidato il vento e urlato mai, Diviso il cuore stesso. Pagato e riscomesso. Dietro questa mania Che resta solo mia?" a estas horas, me llena el alma.

Una promesa se elevó por los aires, y se perdió muchas veces, una parola, pero cada vez que la soplaba para que vuele de nuevo, lo hacía con más fuerza y se alzaba por encima de miles de palabras sin sentido, mías, tuyas, de ellos…Pero la promesa, se ve, tiene más fuerza y sube, hasta cumplirse.
 Pero hoy la palabra de muy poca gente vale la pena…no se el motivo, no se en que momento de la historia, el valor de la palabra murió, los libros no lo dicen, los árboles tampoco, eligieron dejar de hablar, pero estoy seguro que tienen mucho para decir y para enseñarnos. Yo también elegí hoy, dejar de hablar de algunas cosas, que prefiero guardar para mí.
Las voces cada día son más vacías, aunque tengo miedo, voy a enfrentarme y prometo cumplir mis promesas y no prometer lo que no planeo cumplir. Prometo no ser uno más ni dejar que mis palabras floten con el smog de la ciudad, voy a soplarlas hasta que suban y lleguen… a donde tengan que llegar.

Pienso ahora, en todo, y el todo me absorbe. El miedo llega, el miedo de la inmensidad del todo y la pequeñez de mi ser, aún joven. El vértigo de exponerme a al universo, infinito, el valor… el valor de enfrentarlo, no interesa quien gane…no interesa si saldré vivo o no… Ya se verá. No interesa el mañana, porque quizás nunca llegue. No interesa el Ayer, pues, nunca volverá. Nos queda el Hoy, en este momento y luchar ahora, y hacer y decir… Todo cuanto tengamos que resolver, todo cuanto tengamos que ver y sentir. No dejemos nada para mañana, Carpe Diem.

Ahora vuelvo a caer en mí, en la silla, frente al monitor, logre volar y mis alas no se quemaron, volví a la tierra y soy un numero más, no por mucho tiempo, pues, espero volar de nuevo, quizás mañana, o dentro de unas horas, cuando esté con ellos…
El cenicero se llenó… ¿Cómo pudo pasar esto? ¿Cuánto tiempo estuve volando? Siento algo adentro…no, no en el alma, por ahora, esta llena. Tengo necesidad…mi garganta esta seca y mi estomago vacío…son cosas fáciles de llenar, el alma no. Pero por ahora me siento bien, otra vez. La incertidumbre y la duda, por ahora quedaron atrás. ¿Me prendí otro cigarro? El humo…dibuja algo…otra vez, como ayer…pero ahora no me afecta…me siento fuerte. Creo que lo superé. Solo por hoy…CARPE DIEM

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